In Memoriam Hernán D. Ramallo

 

Hacia el mediodía del martes 27 de Septiembre del corriente, con apenas 43 años, falleció en la Ciudad de Buenos Aires el Prof. Hernán D. Ramallo, quien hasta entonces y desde el 2017 se desempeñara como Productor Editorial de la Revista Argentina de Musicología. Además, fue miembro de la Comisión Directiva de la AAM en el período 2015-2016, y un participante activo de las distintas actividades académicas e institucionales de la Asociación.

Hernán egresó como Licenciado en Artes (Orientación Música) de la Facultad de Filosofía y Letras (FFyL) de la Universidad de Buenos Aires (UBA); además estudió composición y piano. Era docente en la cátedra Psicología de la Música (FFyL), dictaba la asignatura Metodología de Investigación en las Artes en el Conservatorio “Juan R. Pérez Cruz” de Junín (Provincia de Buenos Aires), y también ejercía la docencia en forma privada. Formó parte de proyectos de investigación dirigidos Melanie Plesch y Silvina L. Mansilla. Fue becario del Fondo Nacional de las Artes; en este contexto fue donde empezó a definirse su interés por la edición. Hizo también diversas publicaciones científicas, tanto en el orden local como internacional, trabajando recientemente con la Dra. Jane Davidson (Universidad de Melbourne). Integró las comisiones organizadoras de encuentros científicos regionales e internacionales, entre ellos, el “VII Encuentro Regional” de la International Society for Music Education, y el “Tercer Congreso Internacional Artes en Cruce” de la FFyL, UBA. E hizo también el trabajo de revisor y editor musical para diferentes colegas y publicaciones; por ejemplo, en el Gourmet Musical Ediciones.

Hernán trabajó siempre con Silvia Malbrán, con quien se formara como docente y quien le enseñara la disciplina que amaba, la psicomusicología. En esa etapa también se formó con Clarisa Álvarez, en quien encontró a una persona para discutir los temas que le apasionaban. Otras personas con las que compartió su formación, y que mencionaba con afecto, fueron Vera Wolkowicz y Nacho Weber; en sus reuniones discutían puntillosamente los temas que estudiaban, mientras Hernán casi invariablemente disfrutaba de un café, o un cortado, como recuerda Nacho. Hernán también fue una persona preocupada por los derechos de estudiantes y colegas. En estas cuestiones, Hernán reparó sobre todo en quien fuera Secretario Académico del Departamento de Artes, Gabriel Lewin, o ‘Gabi’, como afectuosamente le llamaba Hernán.

Otra persona a quien Hernán mencionaba afectuosamente era ‘Ángie’, su hermana. Ángeles se ocupó de Hernán en sus últimos días, de que se dieran las acciones necesarias para que recibiera los cuidados que necesitaba, que merecía. Se ocupó de mantenernos al tanto de la situación de Hernán. Se preocupó por que le recordemos. Ella hizo que no se me pasara por alto que Hernán dictaba clases de música también a niños. Liliana y Gustavo me contaron cuán importantes fueron para su hijo JuanSe, alumno de Hernán, sus clases de música: coincidió con el período de la reciente pandemia, y Hernán supo ser para JuanSe el compañero que necesitaba para sobrellevar el asilamiento que tanto afectó a los más pequeños.

En suma, Hernán fue un profesional sobresaliente, una persona afectuosa y querida. Gabriel López, adscripto en la cátedra Psicología de la Música (FFyL), me dijo: “Hernán siempre estaba dispuesto a escuchar mis opiniones, aunque después no estuviera de acuerdo conmigo, y siempre tenía palabras de aliento”. Esforzarse en hacer las cosas siempre mejor, el respeto hacia el otro, el ejercicio del cuestionamiento constructivo, la pasión por la música, y por su enseñanza, fueron el común denominador de la relación de Hernán con nosotros.

Agradezco a Adriana V. Cerletti, y a través de ella a la AAM, por permitirnos poner nuestros recuerdos juntos en estas líneas. Agradezco a Ángeles, Clarisa, Gabriel (Lewin), Gabriel (López), Liliana y Gustavo, Nacho, Silvina, y Vera, y por haberme ayudado a escribirlas. Lamento las menciones que no supe hacer, y los recuerdos que quedaron afuera. Espero igualmente que estas líneas sirvan para contarle a otros, especialmente a Victoria Paz, la aún pequeña hija de Hernán, la persona que fue. Le recordamos con mucho afecto.

J. Fernando Anta